El puente de los perros suicidas
Libreros, editores, agentes literarios y fandomitas irredentos se mezclan en esta sátira social que suena a jazz y huele a santería y a vudú. Una novela que nos recuerda la farsa política de Evelyn Waugh, los absurdos y desorientados personajes de P. G. Wodehouse o las disparatadas tribulaciones a las que Tom Sharpe somete a Wilt. ¡Vuelven John Kennedy Toole e Ignatius Reilly!